ENTENDIENDO NUESTRO PROPOSITO EN LA ORACION

Entonces, cuando Dios llame, ¿le encontrará dispuesto para su misión en la tierra? Cuando Dios llamó a José cuando era adolescente en un sueño, se acercó a un joven orgulloso y testarudo que no tuvo la discreción de guardar para sí el mensaje de Dios para él. Lo que tenía la intención de ser una lanzadera a una vida de servicio civil se convirtió en cambio en un pararrayos de los celos de sus hermanos y el catalizador para que fuera vendido como esclavo. No puedo dejar de pensar que si el corazón de José hubiera sido diferente en ese punto de su vida, su camino desde el patrimonio de su padre en Canaán hasta el liderazgo en Egipto podría haber sido totalmente diferente. ¿Qué podría haber ocurrido si Moisés no se hubiera ocupado por sí mismo de liberar a los esclavos hebreos cuando era joven y nunca hubiera matado al egipcio? ¿Podrían haber sido sus viajes más parecidos a los de David o Daniel? ¿Viajes que comenzaron con corazones dedicados a Dios en lugar de corazones que necesitaron grandes cambios de orientación y años perdidos en el desierto hasta que Dios pudo acudir a ellos de nuevo y volver a introducirles en sus propósitos? ¿Dónde estará cuando Dios acuda a usted con un plan más grande para su vida? ¿Estará abierto a aceptarlo, o tendrá que ir a la escuela en la lejanía del desierto como le ocurrió Moisés, o tendrá que pasar por un proceso humillante tan riguroso como el de José? La diferencia la determinará su vida de oración: de una forma o la otra. 
Cuando Dios salió al encuentro de Saulo (que se convertiría en Pablo) en el camino de Damasco, se topó con un hombre lleno de religión y conocimiento de las Escrituras, pero ignorante de quién era realmente Dios. Pablo estaba tan celoso por la “ justicia”, que estuvo dispuesto a instigar asesinatos para proteger la religión según él la conocía. Pero la verdad suprema no se encuentra en la religión; se encuentra en Jesús. Ciertamente podemos aprender de la religión como una manera de buscar a Dios, pero debemos acudir a Jesús para entender verdaderamente a Dios. 
Pablo podía haber empleado toda su vida intentando agradar a Dios a su manera, pero cuando se encontró con Jesús, todo cambió. Pablo cambió su celo por demostrar quién era él por convertirse en un hombre de oración hambriento de conocer a Jesús mediante el Espíritu y la Palabra. Debido a que Pablo buscó a Jesús con tanta intensidad, fue a Pablo a quien Dios le reveló la arquitectura de la Iglesia, y no a ninguno de los otros apóstoles. Por esa razón Pablo fue el principal escritor inspirado por Dios para escribir el Nuevo Testamento. ¿Qué cambió en Pablo? Lo leemos en Hechos 9, inmediatamente después de su encuentro con Jesús en el camino de Damasco: “donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió” (v. 9). Aunque no lo dice explícitamente aquí, no creo que Pablo solo ayunase durante ese periodo. Creo que por primera vez en su vida también comenzó a humillarse verdaderamente y buscar a Dios. En Gálatas añade: “no consulté en seguida con carne y sangre” (Gálatas 1:16), queriendo decir que sus años iniciales como cristiano no los pasó aprendiendo de los discípulos, sino de Cristo mismo mediante la oración. Aunque es posible que Pablo pudiera haber oído a Jesús hablar en persona, no hay datos históricos al respecto. Creo que Pablo nunca habría sido el perseguidor en el que se convirtió si hubiera tenido un encuentro con Jesús en la carne; y debido a que él fue el único de los primeros apóstoles que no conoció a Jesús como ser humano, su papel llegó a ser fundamental. 
Como quienes siguieron en siglos posteriores que no pudieron caminar con Jesús como Pedro, Juan y el resto de los discípulos habían hecho, Pablo fue el apóstol que mejor entendió la naturaleza de la Iglesia: la comunión de todas las personas que vendrían después y que solo podrían conocer a Jesús mediante la oración y la Biblia.