APOSTASIA


La Apostasía es la deserción o abandono de la fe o de una religión. Es la renuncia de una creencia a la cual uno se había adherido anteriormente. En Hechos 21:21 el apóstol Pablo fue acusado falsamente de influenciar a los Judíos para que renunciaran a las enseñanzas de Moisés. El término griego de “renunciar” o “abandonar” es apostasía. Apostasía, sin embargo, casi nunca aparece abruptamente. En general se manifiesta como un proceso y personas pueden contribuir a éste estado de abandono y desamparo sin convertirse ellos en apóstatas.

Empezó todo en el Jardín del Edén. Adán y Eva estaban en un ambiente perfecto y en perfecta fraternidad con Dios. Ellos se sometían a Dios en todas las cosas hasta que Eva entabló un diálogo con el adversario de Dios, Satanás, el primer apóstata (vea también Isaías 14: 12-14). Él manipuló a Eva para que ella reconsiderara la Palabra de Dios cuestionando lo que Él había mandado: “¿Conque Dios os ha dicho…?” El objetivo de la serpiente era que Eva “abandonara” o “ignorara” el mandamiento que Dios había dado a Adán: “(que) ellos no deberían comer del árbol del bien y del mal” (Génesis 2:17; 3:1). Eva sucumbió a la seducción y Adán se unió con su esposa en rebelión en contra de Dios y la semilla de la apostasía tomó raíz.


La semilla de la apostasía brotó en Caín, quien desobedeció las instrucciones de Dios en ofrendar un sacrificio aceptable e instituyó su propio tipo de ofrenda. La apostasía creció con la construcción de la ciudad y la torre de Babel. Unificó a la gente hasta el punto que “allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.” (Génesis 11:9). Más tarde, en el pueblo de Israel, Aarón participó en apostasía cuando él ayudó a los Israelitas en su adoración idólatra del becerro de oro (Éxodo 32).

A través de la historia del reino del norte y del reino del sur de Israel, muchos de los reyes fueron apóstatas. El rey Acaz de Judá es un típico ejemplo. Él endorsó la idolatría en Judá e hizo que su hijo pasara por la hoguera de fuego en un ritual al dios Moloch. Sometiéndose a las instrucciones de Acaz, el profeta Urías participó en la apostasía cumpliendo el mandato del rey y haciendo una copia del altar pagano y preparándolo para propósitos de adivinación. Acaz después hizo que el altar se incorporara en el servicio de adoración del templo en Jerusalén.

La apostasía ha sido parte de cada generación desde la caída del hombre. La Escritura nos dice que culminará durante los últimos días cuando el Anticristo sea revelado. Su religión será un Cristianismo apóstata, todo lo contrario del Cristianismo Bíblico. Acomodará a todas las religiones. Aunque la apostasía no se manifestará plenamente hasta el Arrebato de la iglesia verdadera, su desarrollo ha estado en progreso desde que el pecado entró en la raza humana. Además, a través de la historia bíblica y de la iglesia, muchos creyentes verdaderos, ya sea en ignorancia o por su debilidad de la carne, han contribuido al desarrollo de la apostasía. Salomón es un ejemplo de esto. Como un creyente, él fue usado por el Espíritu Santo para edificar el Templo y para escribir la mayor parte del libro de Proverbios, Cantar de los Cantares y Eclesiastés, pero al mismo tiempo él se casó con muchas mujeres paganas, lo cual es totalmente contrario a las Escrituras. Estas mujeres llevaron a Salomón a la idolatría y como consecuencia Salomón construyó templos para que sus esposas extranjeras adoraran a sus dioses paganos.


En la historia de la iglesia hombres como Agustín y Martín Lutero son considerados como verdaderos creyentes, especialmente por aquellos que se mantienen fieles a la teología de la Reforma. Pero aún así, fue Agustín que conceptualizó muchos de los dogmas que han formado los cimientos de la teología falsa y del evangelio falso de la institución apóstata más grande en el mundo Cristiano, la Iglesia Católica Romana. Lutero debe ser reconocido y elogiado por haber confrontado heroicamente en contra de la iglesia de Roma, pero no debe ser elogiado por su teología de reemplazo ni tampoco por su odio anti-bíblico en contra de los judíos. La historia posterior de la iglesia está repleta de Cristianos quienes voluntariamente o involuntariamente fueron partícipes del desarrollo de la apostasía.

Resumiendo lo que hemos expuesto anteriormente, la apostasía empezó con el pecado de la humanidad, aumentará en los últimos días y culminará cuando el Anticristo tenga control de este mundo durante los siete años del período de la Gran Tribulación. Por lo tanto, a medida que el mundo se dirige hacia la culminación de la apostasía, todos los Cristianos van a ser vulnerables a su destructiva seducción.

¿Cuál es el antídoto? ¿Cómo podemos nosotros evitar el sucumbir a todas esas tendencias que nos llevarían a la apostasía? Empecemos con el plan de prevención presentado en el Salmo 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado.”

El salmista nos da instrucciones para una vida espiritual y fructífera en el Señor. Estas instrucciones están centradas para que nuestro ser sea fortalecido por la Palabra de Dios y empieza con la advertencia que no debemos seguir el consejo de los malos. Esto no quiere decir que debemos evitar solamente el consejo de aquellos que son obviamente malignos pero sino también rechazar cualquier consejo que no esté de acuerdo con lo que es enseñado en la Palabra de Dios. Dos veces encontramos en el libro de Proverbios (14:12; 16:25) que hay un camino que parece correcto para el hombre pero que no es el camino que Dios manda. No es el camino de Dios porque ese camino nos lleva a la muerte, lo que significa la separación de la verdad de Dios y que finalmente nos llevará a nuestra destrucción.

Un factor muy importante relacionado con la apostasía y la subversión que esta ejerce en la iglesia evangélica es que el número de los que se llaman Cristianos y que creen en la suficiencia de la Palabra de Dios está disminuyendo: “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la santidad nos han sido dadas” (2 Pedro 1:3). Es más, evangélicos en gran número están aceptando la sabiduría falsa del mundo secular. La iglesia evangélica es la principal fuente de referencia de servicios de consejería psicológicos. Los pastores están guiando a los rebaños a las manos de los psicoterapistas profesionales quienes ahora son equivalentes a contratistas bíblicos. Es más, los pastores están tratando de aumentar el número de feligreses por medios seculares que el mercado del mundo utiliza. Todo esto ha tenido repercusiones catastróficas en la fe bíblica y en la iglesia en general.

La advertencia de las Escrituras de no andar en el consejo de los malos, de no estar en el camino de los pecadores, ni estar sentado en la silla de escarnecedores, indudablemente refleja una regresión del buen camino a la maldad. Cuando uno empieza a escuchar y a absorber lo que dicen los que se han desviado de la fe, y aún los enemigos de la fe, uno llegar a sentirse cómodo en ese ambiente y eventualmente empieza a practicar lo que esta gente está predicando. El resultado trágico es que el corazón se vuelve insensible a la verdad de Dios y la actitud de uno se convierte en desdeño cuando es confrontado con la verdad de Dios.

El salmista cambia de dirección cuando le dice a los creyentes las medidas preventivas que deben tomar e incorporar en sus vidas: “en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Salmo 1:2).

La razón principal por lo cual la apostasía está influyendo en gran manera en el mundo evangélico es porque muchos de los que se identifican como evangélicos son analfabetos bíblicos. Esto quiere decir que aunque casi todos los “Cristianos” tienen Biblias y tienen la habilidad de leer, muy pocos de ellos son los que realmente leen la biblia, y aquellos que la leen no practican en sus vidas la verdad de Dios que está en las Escrituras. Esta es una dura realidad que estamos confrontando en nuestro tiempo actual. En una reciente encuesta de aproximadamente 35,000 adultos en los Estados Unidos se reveló que el 57 por ciento, quienes decían ser evangélicos, creen que “todas las religiones, de una manera u otra, nos llevan finalmente a la salvación eterna.”

Obviamente estas personas no están al tanto o no toman en serio lo que Jesús declaró, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6) y Pedro exclamó, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos” (Hechos 4:12). Las Escrituras nos dicen que en los últimos días cierta perversa actitud va a ser prevalente: “Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos” (2 Timoteo 4:3-4).


En nuestros días, la verdad absoluta de la biblia y el exclusivo camino a la salvación son vistos por el mundo como la epítome de intolerancia, una acusación que muchos evangélicos no pueden contrarrestar, especialmente aquellos que no conocen la biblia lo suficiente como para poder dar una respuesta bíblica adecuada. El meditar en la Palabra de Dios continuamente es la solución obvia para rectificar esa condición. Además, existe ayuda y apoyo por parte de nuestro Señor. Considere Su oración al Padre para el beneficio de los creyentes: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17).

Jesús quiere que seamos santificados, o estar apartados, como aquellos quienes, no importando lo que el mundo piense y diga, están confiados plenamente que Su Palabra es la verdad. Él dijo, “Si vosotros permanecieres en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Parte de esa libertad es la confianza para seguir “luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos” (Judas 1:3). Uno no puede “luchar vigorosamente” por algo que ignora casi totalmente. Solamente a través de un estudio disciplinado de las Escrituras uno va a poder lograr estar capacitado para defender la fe.

En el libro de los Proverbios se nos dice, “La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento” (Proverbios 4:7). Dios ha hecho Su sabiduría disponible para nosotros por intermedio de su Palabra. Además, para todos aquellos que han puesto su fe en Jesús, Él les ha dado el Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad, para ayudarnos y poder entender Su verdad. Conociendo las Sagradas Escrituras es la medida preventiva del programa de Dios en contra de la apostasía, y está disponible para todos aquellos que busquen al Señor y Su verdad. Ese es el criterio bíblico para obtener sabiduría y discernimiento.


El Apóstol Pablo escribió a Timoteo, “Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15). Claramente, esto no tiene nada que ver con la habilidad intelectual o la educación, pero sí tiene mucho que ver con el deseo de conocer la verdad de Dios y hacer todo lo posible para lograr esa verdad. El hecho que el Señor haya seleccionado a pescadores que no eran educados como Sus apóstoles para que sean ellos los primeros mensajeros de Su Palabra, en vez de haber escogido aquellos que eran altamente educados en el establecimiento religioso, dice mucho a aquellos que piensan que no están capacitados para compartir la Palabra de Dios.

El creyente quien medita continuamente en la Palabra de Dios, encontrará que sus esfuerzos serán armas preventivas en contra de la apostasía y al mismo tiempo reforzarán su fe. Además, eso forma la base o el cimiento para ser espiritualmente fructífero: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:3). Y también va a equipar al creyente para la guerra espiritual que está ahora ocurriendo.

La esencia de la guerra espiritual es sobre la Palabra de Dios. La estrategia del adversario es desacreditar las Escrituras por todos los medios posibles. Como hemos mencionado, todo empezó en el Jardín del Edén, inicialmente cuestionando la Palabra de Dios, y seguido por la negación de Su verdad (Génesis 3: 4-5). Aquellos que no reconocen que están es una batalla espiritual puede que ya hayan sido capturados por las mentiras del Adversario. El Apóstol Pablo escribió que no debemos ser ignorantes de las artimañas del enemigo (2 Corintios 2:11) y usó metáforas militares para enfatizar la realidad de la guerra espiritual que está ocurriendo y para preparar la defensa del creyente:

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” (Efesios 6: 13-17).

Nuestra batalla es la buena batalla de la fe, recordando que nuestras armas no son carnales sino espirituales (2 Corintios 10:4). Es una “guerra” acerca de la verdad, con la meta de estar preparados para resistir los días malignos. Nuestra victoria está simplemente en mantenernos firmes por la Palabra de Dios.

A medida que la batalla se intensifique, como nos dicen las Escrituras que va a suceder antes que el Señor venga por Sus santos, necesitamos estar “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18). Necesitamos poner en un círculo a todos los vagones, para así tener fraternidad y protección espiritual con otros creyentes y también tener consejería, apoyo, corrección, consuelo y poder ministrar los unos a los otros. Si tales cosas forman parte de nuestras vidas mientras que esperamos por el Señor, y aunque la apostasía afecte negativamente el ambiente espiritual a nuestro alrededor, nosotros seremos como un árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan, y todo lo que haremos será prosperidad en el Señor.




Título en Inglés: “The Apostasy and Its AntidoteMcMahon, T.A. February 1, 2011

¿COMO APROPIARNOS DE LAS PROMESAS DE DIOS?


Dios nos ha dado Su Palabra para que hagamos algo con ella. Si no lo hacemos, los tesoros allí guardados no nos servirán de nada. ¿Cómo nos apropiamos de los beneficios con que Dios impregnó Su Palabra?

En primer lugar, debemos leerla en oración y procurar entenderla. El asunto no consiste en tomar un ejemplar de la Biblia y abrirlo en el Sal. 23 o en el Sal. 91, como hacen algunos, o meterla debajo de la almohada. Las páginas de la Biblia no actúan en una forma mágica, actúan a través del entendimiento.

Dice Jeremías, en el cap. 15 de su profecía, en el vers. 16: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón”. Así como tenemos que extraer los nutrientes de los alimentos triturándolos con nuestros dientes, y luego tragándolos para hacerlos pasar por el aparato digestivo, así tenemos que triturar las Escrituras, leyéndola con atención y en dependencia de Dios, en oración.

“Desead, como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1P. 2:2).

Pero no debemos limitarnos a leer las Escrituras, sino también a meditar en ella y memorizarla (Sal. 1:1-4).

Si vamos a hacer un uso oportuno de las Escrituras, debemos atesorarla en el corazón, tenerla fresca en la memoria. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra mí” (Sal. 119:11).

Recuerdo lo beneficioso que fue para mí en mis primeros años como creyente, memorizar Sant. 1:12(“Bienaventurado el varón que soporta la tentación…”). A través de mi vida cristiana he tenido que volver a este versículo una y otra vez.

Pero no solo debemos leer atentamente las Escrituras, meditar en ella y memorizarla; debemos también escuchar con atención la Palabra predicada. Noten el énfasis que las Escrituras ponen en este asunto (comp. Gal. 3:2; Rom. 10:17).

“El que tiene oídos para oír, oiga”, es una expresión que Cristo repitió varias veces durante Su ministerio.

Debemos prestar atención a la Palabra predicada, escucharla sin justificarnos a nosotros mismos y sin racionalizar lo que estamos escuchando.

Pero aún hay algo más que debemos hacer, aquello que va a coronar todos nuestros esfuerzos: debemos desarrollar una forma bíblica de pensar. Alguna vez se han preguntado cómo es que el salmista nos dice en el Sal. 119:97: “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación”. ¿Cómo es que este hombre meditaba todo el día en las Escrituras? ¿Es que acaso no tenía otra cosa que hacer?

David nos dice en el Salmo 1 que esa es una de las características del hombre bienaventurado: medita en la ley de Jehová día y noche. Y una vez más yo pregunto, ¿cómo es eso?

Porque estos hombres desarrollaron una forma bíblica de pensar, y todo lo que les ocurría, y cada decisión que tomaban, la contemplaban a la luz de los principios bíblicos. Estos hombres relacionaban todas las cosas y circunstancias con la Palabra de Dios. Por eso la traían a colación en sus vidas día y noche.

De hecho, es en esto que consiste el ejercicio de la fe, en pensar correctamente y a tiempo. ¿Por qué muchos creyentes pierden el gozo? ¿Por qué se dejan arropar por la adversidad en medio de las pruebas y dificultades de la vida? ¿Por qué se llenan sus corazones de amargura y de ansiedad? Porque pierden el foco, porque no analizan las cosas conforme a la verdad de Dios revelada en las Escrituras, sino conforme al panorama que se presenta delante de sus ojos.

Las circunstancias los arropan y no ven nada más. Es normal y natural que nuestros corazones tiendan a turbarse inicialmente cuando nos encontramos en medio de una prueba. Si el maligno arroja una bomba en el centro de nuestra paz, vamos a sentir el choque de sus ondas expansivas. Esa es la primera reacción del corazón: turbación, temor, ansiedad.

Pero, ¿qué hacemos, entonces? ¿Dejamos que esa turbación, o esa amargura se apodere por completo de nosotros, como si no hubiese en los cielos un Dios soberano que controlara todas las cosas para la gloria de Su nombre y el bien de Su pueblo? ¿Como si no hubiese en las Escrituras promesas sin número a las cuales echar mano en tiempos de adversidad? ¿Como si no hubiese dirección clara en la Palabra de Dios para la solución de conflictos personales, o para manejar el afán y la ansiedad?

La ley de Jehová es perfecta; en ella encontramos un manual de vida completo y suficiente que debe permear nuestra forma de pensar, de lo contrario, nuestro gozo se verá seriamente afectado, una y otra vez, y eso es exactamente lo que quiere lograr el enemigo de nuestras almas.

El no puede arrebatarnos ya la salvación que Cristo compró para nosotros en la cruz, pero tratará por todos los medios posibles de impedirnos que nos gocemos en ella y demos frutos.

Pero ahí tenemos las Escrituras, la espada del Espíritu, para alimentar nuestra vida espiritual, para fortalecer nuestra fe, para darnos esperanza, libertad, sabiduría, consuelo, seguridad, victoria.

Con ella podemos enfocar otra vez lo que está desenfocado, y viendo el camino con claridad podremos seguir con gozo nuestro peregrinaje hacia la Canaán celestial. Cristo, nuestro Salvador, nos dejó todos los recursos necesarios para restaurar el gozo perdido. Más aun para que estemos llenos de gozo.

“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Jn. 15:11). Es nuestro deber procurar ese gozo, porque para eso fuimos creados, para glorificar a Dios, y gozar de Él por siempre.

Termino citando las palabras de Moisés en Deut. 32:46-47: “Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida”.


© Por Sugel Michelén. Todo Pensamiento Cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

DISEÑO INTELIGENTE

En días en que se discute la credibilidad de la Biblia, «Diseño Inteligente» trae un acercamiento entre la ciencia y la Palabra de Dios.

La Teoría del Diseño Inteligente dice que la única forma de explicar la compleja información de las ricas extructuras de la biología, es suponiendo un agente diseñador inteligente.

Ciertas características biológicas desafían la explicación Darwiniana de "coincidencias fortuitas", puesto que parecen haber sido diseñadas.

Entender la creación de Dios con su clara intervención desde «huellas» que existen en la historia de la humanidad y que ocupan un lugar de comprobación científica, son marcas del devenir de un Dios creador del universo, cuya inteligencia hizo del hombre un plan perfecto de ingeniería.

Puesto que el diseño lógicamente necesita de un diseñador inteligente, la aparición del diseño es citado como evidencia para la existencia de un Diseñador. Hay tres argumentos primarios en la Teoría del Diseño Inteligente:

  1. Complejidad irreducible.
  2. Complejidad especifica.
  3. El principio antrópico.

LA COMPLEJIDAD IRREDUCIBLE

La complejidad irreducible es definida como un solo sistema, el cual está compuesto por varias partes interactivas bien integradas que contribuyen a la función básica. La eliminación de de cualquiera de esas partes básicas causa que el sistema deje de funcionar con efectividad.

En otras palabras, la vida es comparada con partes interconectadas que descansan una en la otra a fin de resultar útil.

La mutación fortuita puede contribuir al desarrollo de una parte nueva, pero no puede contribuir para el desarrollo concurrente de las múltiples partes necesarias para el funcionamiento del sistema.

Por ejemplo, el ojo humano es obviamente un sistema muy útil. Sin el globo ocular (el cual es en sí mismo un complejo sistema irreducible), el nervio óptico, y la corteza visual; una mutación fortuita del ojo, sería en realidad contraproducente para la supervivencia de una especie, y por lo tanto sería eliminada a través del proceso de la selección natural.

Un ojo no es un sistema útil, a menos que todas sus partes estén presentes y funcionando apropiadamente al mismo tiempo.

Según la Complejidad irreducible, es imposible que en un sistema, como el organismo humano, haya evolucionado por partes una a una, ya que todas funcionan interconectadas y una no puede existir sin la otra. Si primero hubiese aparecido en el cuerpo humano un riñón, después un pancreas, y así sucesivamente, la vida del ser humano no habría sido posible.

Lo mismo ocurre con organos como el Ojo, o el cerebro. Según la complejidad irreducible, estos órganos solo tienen sentido y funcionan si todas sus partes están perfectamente desarrolladas y funcionando en armonía.

LA COMPLEJIDAD ESPECÍFICA

La complejidad especifica es el concepto de que, ya que pueden ser encontrados algunos patrones complejos específicos en los organismos, alguna forma de guía debe haber actuado para su aparición.

El argumento de la complejidad especifica, establece que es imposible que a través de un proceso fortuito puedan desarrollarse estos complejos patrones.

Por ejemplo, un cuarto lleno con 100 monos y 100 máquinas de escribir pueden eventual-mente producir algunas palabras, o quizá aún hasta una oración, pero jamás producirán una obra Shakesperiana.

¿Y qué tanto más compleja es la vida que una obra de Shakespeare?

EL PRINCIPIO ANTRÓPICO

Establece que el mundo y el universo están "finamente ajustados" para hacer posible la vida en la tierra.

Si la proporción de los elementos en el aire de la tierra fuera alterada en lo más mínimo, muchas especies dejarían de existir rápidamente.

Si la tierra estuviera unas pocas millas más cerca o más lejos del sol, muchas especies dejarían de existir.

La existencia y el desarrollo de la vida en la tierra requiere de que muchas variables estén perfectamente armonizadas, de manera que sería imposible que todas estas variables llegaran a existir a través de la casualidad o de eventos fortuitos no coordinados.

EL DISEÑO INTELIGENTE NO ES UNA TEORIA DE TEÓLOGOS

La Teoría del Diseño Inteligente no pretende identificar la fuente de inteligencia (ya sea Dios o OVNIS, etc.) y fue creada y adoptada por científicos, que no están de acuerdo con la evolución, ya que es una teoría cada día más insostenible.

Nace así la propuesta del Diseño Inteligente, como contraposición a la teoría de la evolución.

Existen científicos creyentes, que ven la presencia del diseño que trasciende al mundo biológico, como una evidencia de la existencia de Dios. Sin embargo, hay algunos científicos ateos que no pueden negar la fuerte evidencia de un diseño, pero que tampoco están dispuestos a reconocer a un Dios Creador. Estos tienden a interpretar la información, como una evidencia de que la tierra fue sembrada por alguna clase de raza superior o criaturas extraterrestres (alienígenas).

La Teoría del Diseño Inteligente no es Creacionismo Bíblico, aunque cada vez más, los Científicos creyentes están adoptando la teoría del Diseño Inteligente que cuadra con los principios Bíblicos de un Dios Creador.

Los teóricos del Diseño Inteligente comienzan con una esfera natural y alcanzan su conclusión subsecuentemente: que la vida en la Tierra fue diseñada por un Agente Inteligente.


BAJA AUTOESTIMA



Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”. Romanos 12:3
La Autoestima es la opinión emocional profunda que las personas tienen de sí mismas o también se puede decir que es el amor que tenemos hacia nosotros mismos.
La autoestima en un momento determinado puede causar un problema para nuestra vida espiritual, si permitimos que se vaya a un lado o al otro. Pablo lo resumía diciendo: “que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener”.
La autoestima en un momento determinado puede causar un problema para nuestra vida espiritual, si permitimos que se vaya a un lado o al otro, es por eso que tenemos que mantener un nivel de autoestima medio, ni bajo y exageradamente alto, Pablo lo resumía diciendo: “que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener”.
Este día me quiero detener a escribir un poco sobre las personas con baja autoestima.
Personas con Baja Autoestima
El problema de las personas que mantienen una baja autoestima es que siempre tratan de hacerse las victimas: “nadie me quiere”, “no le
importo a nadie”, “nadie se preocupa por mi”, “no tengo amigos”, “no soy importante”, etc. Frases como estas son comunes en personas con baja autoestima.
tristemente hay hijos de Dios que aun permiten que la baja autoestima se mantenga en su vida, aun y cuando Jesús pago a precio de sangre por cada uno de ellos, ¿Acaso la sangre de Cristo es poca cosa?, ¡Claro que NO!, entonces, si valemos la sangre de Cristo no tenemos que andar menospreciándonos.
Por lo general las personas con baja autoestima son aquellas que recibieron un trato malo de parte de sus padres, hermanos o familiares, ya que por muchos años han escuchado palabras como: “No sirves para nada”, “Eres un fracasado”, “Nunca
llegaras a ser alguien en la vida”, “Eres un inutil”, etc.
Palabras que hirieron fuertemente su corazón y que permitieron que se anidaran en su mente, dichas palabras aun y cuando están en el Señor provocan que no te superes espiritualmente, porque tienes tan impregnado en tu mente que eres “un fracaso”. Cosa que es una total mentira y que el enemigo utiliza para no permitir que te desarrolles en el Señor.
Personalmente opino que un verdadero cristiano no tendría que padecer de baja autoestima, pero la verdad es que hay muchos que aun la padecen, llegan a las congregaciones y jamás sienten deseos de servir, porque piensan que no lo harán bien, que todo les saldrá mal y que no podrán realizar la tarea que les encomendaran.
Errores grandísimos y que no permiten que te desarrolles y crezcas en el Señor.
Hay también personas que su autoestima es tan baja que se siente feos físicamente, que no le agradaran a nadie y por eso pasan los años y jamás tienen una novia y difícilmente formaran un hogar con esa actitud.
La baja autoestima es utilizada por el enemigo para desvincularte de todo propósito de Dios para tu vida. Y es que Dios tiene propósitos para ti y para todos, y claro esta que los propósitos de Dios en la vida del hombre son GRANDÍSIMOS y por esa razón una persona con baja autoestima no puede ver los planes de Dios para su vida, pues el mimos hecho de darse cuenta que son grandísimos le
hace pensar que no es capaz de hacerlo.
Y en parte es cierto, humanamente hablando es difícil llevar a cabo los propósitos de Dios, pero que lindo es cuando entendemos que no es por nuestras lindas capacidades que lo lograremos, ni por lo hermoso que seamos o por lo muy buenos que seamos para hacer algo, sino que es por la PURA GRACIA Y MISERICORDIA DE DIOS derramada en nuestra vida.
Amados hermanos, no es posible que mientras Dios tiene planes ENORMES para tu vida, venga el enemigo y te los desbarate haciéndote pensar que no eres merecedor de lo que Dios tiene para ti y que eres incapaz de hacerlo porque eres un derrotado bueno para nada. Es hora de derrotar al enemigo que ha venido por a
ños metiendo en tu mente tanta basura de baja autoestima y que te ha sido obstáculo para crecer en Cristo.
No permitas más, que tus oídos se conviertan en basureros del diablo en donde el este depositando tanto comentario negativo para tu vida y que te hacen creer todo lo contrario a lo que Dios cree de ti.
Dios cree en ti, pues de otra forma no te hubiera llamado, el día que te llamo no te vio como eras, sino como llegarías a ser cuando El te tomara en sus brazos, El vio las capacidades y talentos que hay en ti, vio lo capaz que eras para ser un siervo o una sierva suya. Eres tan valioso e importante para Dios que decidió enviar a su único Hijo a morir por ti y te compro a precio de sangre y no solo eso, envió a un Consolador a que este contigo todos los días de tu vida ayudándote en tu diario vivir.
Es hora que entiendas que has sido llamado a GRANDES COSAS, pero esas grandes cosas solo se logran con una mente y corazón libre de baja autoestima, esa baja autoestima que el enemigo tuvo a bien poner e
n tu vida durante muchos años pero que en esta hora Dios quiere eliminar de tu mente y de tu corazón para hacerte completamente LIBRE.
Si te sientes identificado con lo que hablo te invito a que hagas esta oración conmigo:

“Señor Jesús, reconozco que tu eres Dios y que moriste en la cruz por mis pecados, que me compraste a precio de sangre y que soy valioso para ti, durante mucho tiempo he vivido atado a la baja autoestima, esa baja autoestima que no me ha permitido crecer en ti y que me ha sido obstáculo para recibir tantas bendiciones de parte tuya, pero hoy renuncio a todo pensamiento negativo que el enemigo halla querido meter en mi vida para manipularme y evitar que tus propósitos se cumplan en mi, desecho todo lo que sea contrario a ti y me declaro TOTALMENTE LIBRE de toda baja autoestima que me ha dañado, ahora reconozco que tu quieres sanar esas heridas que un día me hicieron y que me llevaron a pensar que no tenia valor, mas este día reconozco que soy valioso para ti y que desde ahora en adelante caminare con la convicción firme de que soy UN LLAMADO TUYO y que por esa razón estoy aquí para llevar a cabo todo lo que tu me quieras dar.


Declaro que nunca mas el enemigo podrá engañarme, pues soy un príncipe tuyo, me proclamo en VICTORIA y declaro que TODOS los planes que tu tienes para mi vida se CUMPLIRÁN, porque tu así lo has querido.
En el nombre de Jesús. Amen.”